
Aquella pequeña niña, con los puños cerrados, miraba a travez del vidrio cómo se marchaba él de allí.
Unía sus manos, cada vez con mas fuerza, apretando cada vez mas lo que tenía entre ellas, queriendo que allí este quien en realidad se estaba marchando.
No saludaba, no queria que se escurriera de sus pequeñas manos aquel símbolo de presencia de esa persona que tanto amaba, sólo sonreía y dejaba caer pequeñas lagrimas en forma contradictoria, expresando una sonrisa comprometida y un dolor en lo profundo de su alma a la vez.´
Él avanzaba, no podía volver a ella, no por el momento, pronto se daria la oportunidad de volver a abrazar a su pequeña.
Lo veía avanzar, y alejarse cada vez más, apoyó su diminuta nariz en el insolente vidrio que se atrevia a detenerla prohibiendole correr hacia el.
Y se fue, camino y camino, hasta que ella ya no pudo verlo, arribo aquel vuelo, el que ella deseaba que nunca salga a destino, y simplemente desapareció de su vista.
La niña miró como aquel avión levantaba vuelo.
La pequeña guardó lo que tenía entre sus manos, y lo miraba cada día esperando el próximo viaje, el regreso provisorio de ese ser amado.
Unía sus manos, cada vez con mas fuerza, apretando cada vez mas lo que tenía entre ellas, queriendo que allí este quien en realidad se estaba marchando.
No saludaba, no queria que se escurriera de sus pequeñas manos aquel símbolo de presencia de esa persona que tanto amaba, sólo sonreía y dejaba caer pequeñas lagrimas en forma contradictoria, expresando una sonrisa comprometida y un dolor en lo profundo de su alma a la vez.´
Él avanzaba, no podía volver a ella, no por el momento, pronto se daria la oportunidad de volver a abrazar a su pequeña.
Lo veía avanzar, y alejarse cada vez más, apoyó su diminuta nariz en el insolente vidrio que se atrevia a detenerla prohibiendole correr hacia el.
Y se fue, camino y camino, hasta que ella ya no pudo verlo, arribo aquel vuelo, el que ella deseaba que nunca salga a destino, y simplemente desapareció de su vista.
La niña miró como aquel avión levantaba vuelo.
La pequeña guardó lo que tenía entre sus manos, y lo miraba cada día esperando el próximo viaje, el regreso provisorio de ese ser amado.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Mi papu va... mi papu viene... mi papu viaja... y siempre lo espero... momentos vividos cada vez que se toma ese maldito avión de regreso a su casa!