Cuando soñamos despiertos un ángel nos toma de la mano y nos lleva a recorrer nuestro propio mundo de posibilidades.
En cada nube tenemos una percepción distinta, un sueño más increíble que el anterior, y un camino, posiblemente soñado, para alcanzar aquel sueño de la mejor manera.
Al soñar despiertos hacemos que todo sea posible, que todo nos satisfaga. Todos nuestros sueños logran el mayor punto alcanzable de felicidad. Ese punto, por supuesto alcanzable, es soñado.
La lucidez de soñar despiertos nos hace abrir los ojos de nuevo, nos lleva a nuestra realidad que, sea soñada o no lo sea, es nuestra, y es real.
Lo ideal sería poder soñar con los ojos abiertos, para que podamos, desde nuestra nube preferida, ver nuestros propios pasos y hacer que ellos se dirijan a nuestros sueños.
En cada nube tenemos una percepción distinta, un sueño más increíble que el anterior, y un camino, posiblemente soñado, para alcanzar aquel sueño de la mejor manera.
Al soñar despiertos hacemos que todo sea posible, que todo nos satisfaga. Todos nuestros sueños logran el mayor punto alcanzable de felicidad. Ese punto, por supuesto alcanzable, es soñado.
La lucidez de soñar despiertos nos hace abrir los ojos de nuevo, nos lleva a nuestra realidad que, sea soñada o no lo sea, es nuestra, y es real.
Lo ideal sería poder soñar con los ojos abiertos, para que podamos, desde nuestra nube preferida, ver nuestros propios pasos y hacer que ellos se dirijan a nuestros sueños.
Nunca dejes de soñar,
pero procura hacerlo
con los ojos abiertos
a tu realidad...
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