martes, 5 de junio de 2007

El mate











El mate no es una bebida, corazones de otro barrio.
Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida.

En este país, nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.

El mate es exactamente lo contrario que la televisión. Te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.

Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es "hola" y la segunda ¿Unos mates?". Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico o entre los adolescentes mientras estudian.

Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse nada en cara.

Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar.

En verano y en invierno.
Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos. Los buenos y los hijos de puta.

Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando lo pide.Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando ese enanito de tu sangre empieza a tomarlo. Que se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años,elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.

Cuando conocés a alguien por primera vez, siempre decís, ...si querés venite a casa y tomamos unos mates.

La gente pregunta, cuando no hay confianza: ¿Dulce o amargo? El otro responde: -Como tomés vos.

Los teclados de las computadoras argentinas tienen las letras llenas de yerba.

La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas.

Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te la dá, de onda o le pedís y está todo bien. La yerba no se le niega a nadie.

Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.

Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos.

No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque ha descubierto que tiene alma.

O estás muerto de miedo, o estás muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.

Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solos.

Pero debe haber sido un día importante para cada uno.

Por adentro hay revoluciones.

El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...

Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena, la charla, no el mate.

Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y viceversa.

Es la sinceridad para decir,"...cambiá la yerba, o arreglálo un poco!

Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo.

Es el cariño para preguntar, estúpidamente, ¿está caliente,no?

Es la modestia de quien ceba el mejor mate.

Es la generosidad de dar hasta el final.

Es la hospitalidad de la invitación.

Es la justicia de uno por uno.

Es la obligación de decir "gracias", al menos una vez al día.

Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones más que compartir.
Ahora vos sabés, un mate no es sólo un mate..
...andá calentando el agua, que voy para allá !

que increible lo que puede hacer sentir esa cosa chiquitita que podemos sostener son una sola mano... cada una de estas palabras es cierta... en esta nueva vida que estoy viviendo (vida de estudiante) no puede faltar el mate en una reunion, o en una noche larga de estudio...

hay gente que no le gusta el mate, y la respeto... pero a mi me encanta...

el mate es reconocido mundialmente...


puede ser que no cuadre con el ambiente de mi blog, pero no me importa, esa cosita tan insignificante y chiquitita carga con un monton de sensaciones... y merece su lugar.


es cierto lo que se siente cuando uno toma su primer mate... yo recuerdo ese dia... parada al lado de la cocina, sin saber cuando estaria el agua... asi que tomando mates feos, frios, hasta que encontre el punto en el que "mas o menos" se podia disfrutar de ESE gustito... y una se siente un poco rara... como sola pero acompañada...

yo aprendi que... un mate no se le niega a nadie









4 comentarios:

Pablo E dijo...

excelente flaca!

mi teclado es casi un tono más de verde

Nini dijo...

Me encanto!!! no cabe duda que el mate es mas que un rito...

Yo me adapte a el y aunque no tomo seguido ya le tome un gustito...

ClaudiaRG dijo...

ay sabri! hace tres semanas que no tomaba mate!!!!
Que bueno que estuvo el dïa de hoy jajaja solo porque me di el gusto... me di el gusto y me bajé... pava enterra de agua!
Se extraña tanto...
El mate siempre fue mi mejor manera de socializar... me hizo de excelente intermediario...
No creo que nadie se resista a tomar un matecito...
Hace un tiempo me di cuenta que hasta aquellos que decian que no les gustaba, que no tomaban.... hoy toman... despues de que tanto traté, otros pudieron jajaj
beso

clau!!

Anónimo dijo...

Que lindo este post acerca del mate. Mi experiencia con el mate fué al lado de mi maestro zen, un domingo veníamos bajando de la montaña y el me invitó a su casa a tomar mate. Leyendo tu post, vino a mi memoria su sabor tan particular y exquisito y esa tarde tan plácida que pasé. Primera vez que lo probaba. ¡Hermosa tu manera de expresarlo!